Cuando escucho mi voz, parece que fuera otra persona hablando.
Foto de Cristian Newman
Tomé una clase en donde grabábamos lo que decíamos. Debo confesar que a mí eso de escucharme me parece una experiencia extraña. Entre que me da pudor y no lo quiero hacer, y por otro lado me da curiosidad, claro que de esas que no quiero saber mucho.
Cuando escucho mi voz y lo que digo es como si fuera otra persona. Me escucho pero no parezco yo, ni en lo que digo ni como lo digo. Después de escucharme varias veces puedo sacar el juicio (parezco una niña, repetí la misma palabra, se me olvido decir, debería haber dicho, etc.) entonces acepto que soy yo la que habla.
En oportunidades es una voz sabia, interesante, con fondo y sobre todo con respaldo. En otras suena tonta, infantil, súper básica y una pura tontera, y bueno también están todas las alternativas intermedias.
Sin embargo, he aprendido que escucharme, es como escuchar a otros, y eso si que lo hago. Entonces digo:
Haré lo que hago con otros: la trataré con cariño, escucharé sin juicio y pondré intensión de escuchar lo que hay detrás de esa voz.
¡Y eso me resulta! Acepto que mi voz es mía, ni sabia ni tonta, ni culta ni ignorante, es una voz que habla y que se deja escuchar.
Os invito a escucharos con cariño, sin juicio y con la conciencia de escucharse más allá de la voz. Esto dará paso a la intuición que es esa guía corporal que se nos aloja diciéndonos cosas sin voz, y que no nos deja en paz hasta que nos hacemos cargo.
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When I listen to my voice, it seems like it is another person talking.
I took a class where we had to audiotape what I said. I must confess that listening to me was a bizarre experience. On one hand, I feel embarrassment and I did not want to listen. On the other, I was curious, but I still did not want to know much.
When I hear my voice and what I say is like another person talking. I listen to me and it doesn’t sound like me, neither in what I say nor how I say it. After listening to me several times, I can stop the self-judgment (I sound like a girl, I repeated the same word, I forgot to say so and so, I should have said this, etc.), and then I accept that I am the one speaking.
At times, my voice sounds wise, interesting and well-supported voice. Others times, I sound silly, childish and like pure non-sense. Most often, my voice sounds like all the in-between alternatives.
However, I have learned that listening to me can be like listening to others, and that I do. Then I say:
I will do what I do with others: I will treat her with love, I will listen without judgment, and I will have full intention to hear what is behind that voice.
And that works for me! I accept that my voice is mine, neither wise nor silly, neither scholar nor ignorant. It is a voice that speaks and that allows her to be heard.
I invite you to listen to yourself with affection, without judgment, and with the awareness to hear beyond the voice. This will give way to your intuition, which is that body guide that talks to us without judgment and doesn’t let go until we take charge.