Durante nuestras vidas vamos acumulando pequeños tesoros, nuestros tesoros; esos objetos que han marcado algún hito importante en nuestras vidas, y que cada vez que los vemos nos recuerdan nuestros logros, nuestros momentos, nuestra gente, nuestra cultura, nuestros antepasados, nuestra historia y mucho más.
Son objetos que nos dejaron marcas que mueven ciertas emociones, o quizás una conexión que se nos hace presente cada vez que los vemos. Traen nuestros cuentos, nuestras decisiones, nuestros lazos, y para algunos hasta define la esencia de quienes son hoy en día.
Vivimos vidas llenas de objetos, tanto así que se nos ha llenado la casa, y ya no tenemos espacio para exhibir nuestros queridos tesoros. Se nos mezclan con las otras cosas, esas prácticos que hacen la vida fácil. Entonces comenzamos a guardar en los armarios, que ya están llenos de otros objetos, y se nos empieza a mezclar el recuerdo del sentir con el pragmatismo de la vida.
Nuestros tesoros son significativos y no los podemos dejar ir. No son prácticos, no caben en ninguna parte, pero solo el pensar en dejarlos ir se nos presenta como una carencia.
¿Cómo hacemos para atesora la vida y no sentir que dejamos ir lo que atesoramos?
Soltar no es fácil, dejar los tesoros es dejar ir sin esperar nada, y mantenerlos es continuar sin espacio para otros tesoros que se nos presentarán en el futuro.
Esta pregunta no tiene una respuesta única, dependerá de nuestra mirada a la vida y de alguna manera a la muerte. Dejar ir para algunos es una sensación de libertad y de renuncia, para otros es sentir que quien es y lo que ha hecho ya no tiene cabida en el futuro y eso … ¡duele!
Sea como sea que lo veas, te invito a hacerte una pregunta quizás más difícil ¿qué es lo que temes dejar?
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During our lives we collect a series of treasures. Our treasures are objects that have marked some kind of milestone in our lives, and every time we see them they remind us of our achievements, our moments, our people, our culture, our ancestors, our history and much more.
They are objects that leave marks and move certain emotions in ourselves; they remind us of past connections that become present every time we see them. They carry our stories, our decisions, our ties, and for some they might even define who we are today.
We live lives full of objects, so much that our homes are packed with them. Sometimes we do not have room to exhibit our beloved treasures. They get mixed with other things, those practical objects that make our lives easier. So, we start to put them in the closet that is already full of other objects, and we begin to blend the feelings of the memories with the pragmatism of life.
Our treasures are significant and we can´t let them go. They are not practical, there is no place for them, but just the thought of letting them go seems detrimental to our identity
How do we treasure life and not feel that we let go of what we treasure?
To let go is not easy; to let the treasures go is to release hoping for nothing in return, and to keep them is to be without space to bring the new memories we will have in the future.
This question doesn´t have a single answer, it will depend on our outlook in life and in a certain way death. To let go for some is a sense of freedom and surrender, for others it is to feel that who they have been and what they have done doesn´t have a place in the future. And that hurts!
However you see it, I invite you to ask yourself an even harder question, what are you afraid of letting go?